Campañas
Operación Copérnico
¡Buenas de nuevo!
Por aquí andamos otra vez, en esta ocasión para, en cierto modo, homenajear el trabajo del que ahora se cumple un año, trabajo muy laborioso, duro de realizar, que conllevó mucho esfuerzo y sacrificio por parte de las personas que componen la Policía Nacional. Creo que ya sabéis a que me refiero, la famosa “Operación Copérnico”.
Hace un año…
Miles de Agentes de las Fuerzas y Seguridad del Estado se desplazaron de forma urgente e inmediata a Cataluña, emprendían un viaje, un viaje que sabían que no iba a ser fácil, no había mucha información por el momento, iban para controlar la situación, pasase lo que pasase, dejando en tierra a sus familias, padres, madres, hijos, hermanos… nadie sabía por cuánto tiempo.
Llegaron a diferentes lugares, donde no les fue fácil instalarse ni trabajar, las condiciones de los alojamientos, el ánimo de las personas que les rodeaban, personas que se cruzaban por la calle, trabajando o no… daba igual, todo el mundo sabía quien era quien y a qué se dedicaban.
Se encontraron muchas personas contrarias a su presencia allí, otras sin embargo les apoyaban y les regalaban pequeños gestos de apoyo, gestos que les hacían coger fuerzas y continuar con su gran labor.
No podían abandonar sus respectivos alojamientos de forma individual, no estaba el ambiente para relajarse, cuando salían a trabajar, era impresionante para ellos mismos ver la escolta que entre todos formaban, para darse seguridad, para cuidar de su propia gente. Aún así en algunos casos no sirvió de mucho, pues algunos llegaron a ser abordados por extremistas a los que no les agradaba su presencia, rodearon hoteles, se manifestaron en contra de su labor, haciendo más duro si cabe el trabajo que estaban realizando.
Y llegó el día…
El famoso 1 de octubre, aparecieron urnas, papeles y sobres que anunciaban a los cuatro vientos que más temprano que tarde tendrían que actuar. Divididos por equipos, subgrupos o grupos, algunos con el uniforme y otros tan sólo con su placa, que tanto les representa a todos y por la que sienten tanto orgullo, se dispusieron a realizar su trabajo, con la cabeza alta, todo lo bien que se puede hacer en una situación de desventaja numérica, de estrés al límite, de inmensa tensión, cogieron aire y plantando bien los pies en el suelo hicieron lo que mejor saben hacer, defender los derechos de todos los españoles.
El dispositivo se alargó en el tiempo, más de lo deseado por todos, se vieron imágenes que nos inquietaban, coches asaltados y totalmente empapelados, lunas rotas, compañeros encerrados en edificios oficiales rodeados por personas que nunca han representado a los ciudadanos pero que, aunque fueran pocos, hacían mucho ruido. Y mientras, sin saber cuando acabaría esta situación, los familiares y amigos esperaban en casa, pegados a la televisión, esperando cualquier noticia nueva, o más bien la noticia de que todo había acabado y volvía todo a la normalidad.
En esta situación, a parte de lo ya expuesto, estas grandísimas personas, todos los componentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que allí se encontraron, pudieron vivir también experiencias positivas, situaciones de hermanamiento, de solidaridad y empatía, esos sentimientos que sólo puedes tenerlos cuando a la persona que tienes en ese momento a tu lado así te lo transmite y a pesar de saber que no es tu familia y no tiene porqué, este compañero de viaje te demuestra que estará a tu lado en cada momento, apoyándote, animándote y sin saber porqué, sabes que si es necesario pondrías tu vida en sus manos sin dudarlo.
Después de haber pasado todo esto, contarlo y hablarlo mil veces, con familiares, entre amigos y con los propios compañeros, recordarlo con tanto sentimiento se pensó en un símbolo que pudiera poner de manifiesto esta unión entre compañeros, naciendo de esta idea el parche de la Operación Copérnico, pero no quedó ahí la cosa, el parche, al igual que los integrantes de las FFCCSSE tenía que aportar algo bueno, no podía ser algo sin un buen objetivo, no podía carecer de fondo, por lo que a través de la Asociación Abrazo Azul y su marca Mr. Policía, se propuso que por cada parche se hiciera una donación a Amifp (Asociación a favor de personas con discapacidad de la Policía Nacional), así compartiría causa con las personas que lo portarían, el defender a quién lo necesite.
Un gran Abrazo Azul
Fdo: MRPLC.